sábado, abril 11, 2009

MORNING COFFEE

No soy un tio de muchos vicios la verdad (callate Aitor), a parte de cierta aversion al alcohol y alguna "sustancia canabica" como le gusta decir a Pablintosh. Pero una cosa sin la cual me cuesta mucho afrontar un dia es el café mañanero. El resto de cafes son para aguantar el tirón y no son tan imprescindibles, pero el de la mañana tiene algo que supera todo lo demás...

tengo la mala costumbre de no llevar las tazas al fregadero
... y tienden a acumularse :)

La verdad es que todo empezó el verano 2007, empezé a cogerle gustillo a lo de tomarme un café pa espabilarme e ir a currar al Bar...me ayudaba a estar mas despierto los dias que trasnochaba...
Pero la verdadera afición la tomé al llegar a Madrid y conocer a cierta chica italiana que vivía conmigo y que se levantaba a la misma hora que yo por las mañanas, con la que me acostumbre al ritual del café por la mañana. Lo primero que hacía al levantarme era ir a la cocina, preparar la cafetera (una de estas pekeñas y viejas cafeteras italianas que ya nadie quiere), encender el fuego y me iva a duchar. Pa cuando salía de la ducha ya oía el "blup blup blup" del agua hirviendo, señal de que el café staba listo. Asike apagaba el fuego, me iva a mi cuarto y me vestía. Luego iva pa la cocina donde ya me esperaba Valentina(la chica italiana) sacando dos tazitas pekeñas de café y compartiamos la dosis de café diminuta que ofrecía la cafetera que teniamos. Comentamos muchisimas veces que sería conveniente comprar una de mayor tamaño pero ya sabeis...pa que lo voy a repetir..."no había ni pasta, ni ganas de ir al chino de la calle de atrás pa ESO"...

unas cuantas mas en la mesilla de noche

El caso es que mientras nos tomabamos el primer café (sólo y sin azucar como manda la tradición italiana obviamente), ella preparaba otra cafetera...y charlabamos un poquillo por la mañana, era agradable, debía de ser de los escasos momentos en los que no se oían muchos ruidos en aquel piso y podías hablar tranquilamente sin interrupciones. Tampoco eran grandes conversaciones ni nada (por la mañana no apetece mucho hablar cuando la noche anterior os bebisteis tres botellitas de vino tinto de 1,25c entre unos pocos...), lo justo pa ponernos al tanto de ciertos temas de otra gente de la resi o sin mas hablar del dinero que debiamos al banco, de las mierdas que no habías aprendido en la uni, de películas malas...de todo y de nada vamos, lo cual siempre mola.
Al final de 2007, Valentina se cambió de piso en Madrid y me obligó a jurar que no le haría el café a "ninguna de las otras putas"(refiriendose a las nuevas chicas que venian a la resi). Pero seguimos manteniendo nuestra tradición de tomar café juntos los domingos, fuese en un puto Starbucks de esos o en un café cualquiera por Tribunal o La Latina, según estaban los ánimos pa andar...
Y así es como me he vuelto adicto a esta sustancia negra, cafeinada y que aunque la boca café que se te queda luego no es siempre de agradecer....sigue siendo un pequeño placer de la vida y no puedo evitar tomarme un café en casa mientras escucho a los imbeciles de la radio y su verborrea (diarrea verbal pa los k no stan al tanto)...y otro mientras echo un vistazo a las desgracias del mundo en el periodico sentado en la barra de la cafetería delante de la tienda esperando a divisar a Dani o Asier llegar delante de la tienda, lo cual equivale un poco a la campana del insti o las sirenas que avisan la hora de ir a la mina...

Valentina

2 comentarios:

Turtle Boy dijo...

buenooooooo la minaaa y todoo

Turtle Boy dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.