sábado, enero 22, 2011

CRISIS, CRISIS, CRISIS, CRISIS...¡¡¡REACCIÓN!!!

Crisis: ¿cuántos derechos más estás dispuesto a perder?

Xavier Caño Tamayo - ATTAC (
Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la Ayuda a los Ciudadanos) España

Apelando al terrorismo y a la crisis económica, los gobiernos “democráticos” se tiñen de autoritarismo y recortan los derechos humanos y económicos que la sociedad civil tardó en alcanzar siglos. ¿Cuánto estás dispuesto a tolerar?

El verano pasado, el gobierno francés expulsó a cientos de gitanos, violando sus derechos en una actuación claramente xenófoba. Esta semana, la Asamblea Nacional francesa prepara la supresión de cinco autoridades en defensa de los derechos civiles para concentrar sus competencias en un Defensor de Derechos nombrado a dedo por Sarkozy. Cincuenta organizaciones de derechos humanos se oponen.

Una nueva ley de prensa húngara controla qué se puede publicar o no. Y amenaza con multas superiores a 700.000 euros a quienes atenten contra el interés público, el orden público y la moral… según un comité de políticos del partido del primer ministro húngaro.

La Unión Europea facilita a Estados Unidos hasta 34 datos personales de cada europeo que viaje a ese país. Y hace poco el gobierno estadounidense forzó a Twitter a revelar información confidencial (direcciones de email, números de teléfono, mensajes privados y dirección IP) de cinco personas inscritas en esa red relacionadas con Wikileaks; su fundador Julián Assange, la diputada islandesa Brigitta Jonsdottir y otros tres ciudadanos. Y Guantánamo no se cierra…

Es una muestra de actuaciones autoritarias y violaciones de derechos, pero hay muchas más. Vamos hacia atrás.

Stefano Rodotá, profesor emérito de derecho en Roma, asegura que hoy Italia es un laboratorio de totalitarismo, en tanto que The Economist considera el modo de gobernar de Berlusconi una nueva forma de fascismo. En Rusia, Vladimir Putin “tiene montado un chiringuito de poder y corrupción cuya Justicia manda a la cárcel a sus adversarios, políticos o magnates de la economía, si se cruzan en su camino”, denuncia el periodista Miguel Bastenier.

Pero no sólo Italia y Rusia

Tras el atentado contra las Torres Gemelas, Trent Lott, senador de los Estados Unidos, aseguró impertérrito que “en tiempos de guerra hay que abordar de manera diferente las libertades públicas”. Y la juez del Tribunal Supremo de ese país, Sandra Day O’Connor, advirtió que “vamos a conocer las peores restricciones a nuestras libertades de toda nuestra historia”.

Desde entonces, gobiernos presuntamente democráticos han invadido el poder legislativo y judicial y han restringido y violado derechos civiles y políticos.

Intervenciones telefónicas e irrupciones en Internet sin autorización judicial, encarcelamientos sin intervención del juez, ausencia de garantías procesales a acusados de terrorismo, recortes de libertad de expresión así como del derecho a la información, aceptación de la tortura…

Los desmanes contra derechos humanos y las sangrientas dictaduras del siglo XX se perpetraron en nombre de la lucha contra el comunismo. Desaparecido el comunismo, se violan derechos en nombre de la seguridad contra el terrorismo. Hoy, también en nombre del crecimiento económico.

El nuevo autoritarismo no utiliza mascaradas con uniformes pardos o negros, liturgias delirantes, brazos en alto, oleadas de banderas y símbolos totémicos. Este autoritarismo controla medios de comunicación para desinformar, engañar, hipnotizar y manipular. Mentira y desfachatez son sus reglas para mantener ignorante, desorientada y adormecida a la ciudadanía y vaciar la democracia.

Este autoritarismo, camuflado de democracia disminuida (casi reducida a ritual electoral), se agudizó al inicio de la lucha contra el terrorismo a principios de siglo. Este autoritarismo ha sido y es violación de derechos cívicos y políticos. Pero hoy, la crisis ha dado alas y pretextos a los poderosos para asaltar también los derechos económicos y sociales. Y reducen o eliminan derechos laborales, disminuyen pensiones, recortan presupuestos de salud y educación públicas, hacen inalcanzable la vivienda, desahucian en masa a ciudadanos pobres…

Este asalto a derechos económicos y sociales, que a principios del XXI no podían justificar en nombre de la lucha contra el terrorismo, hoy lo perpetran con desfachatez en nombre del crecimiento económico. El crecimiento (dicen) es estabilidad y disminución del desempleo. Algo cada vez más lejos, por cierto.

El caso es que entre el temor a atentados terroristas y el pánico a una catástrofe económica, vivimos inmersos en el miedo. Miedo promovido y manipulado al servicio de intereses concretos, que busca hacer posibles unas conductas y actuaciones políticas que son claras violaciones de derechos, inadmisibles hace veinte años.

En vez de miedo, Stéphane Hessel propone indignación ciudadana (que no ira). Hessel, único redactor vivo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, convoca a la ciudadanía indignada a la insurrección civil pacífica. Para conseguir que los intereses particulares de la minoría privilegiada se subordinen al interés general de la mayoría.

Es una buena propuesta.

miércoles, enero 19, 2011

The Catcher in the Rye


Os transcribo a continuación un extracto de un capítulo del libro que estoy leyendo de J.D Salinger, un escritor un poco controvertido y de estos que estan jodidos en la vida. Os lo pongo, porque es un pasaje que me hizo reir en voz alta durante un buen rato mientras leía, y hacía tiempo que no me pasaba esto. Además el día 27 se cumplirá un año desde que murió el autor. Asique si el otro día hicimos una pequeña dedicatoria al gran poeta García Lorca, hoy una pieza clave en la literatura norteamericana, para que luego digamos que los americanos no han dado nada más que guerra y hamburguesas al mundo. (si lo quereis en español, compraros el libro o buscadlo en la biblioteca que seguro que está, es pequeñito y muy facil de leer, pero la clave del libro está en el lenguaje que utiliza, como vereis a continuación, asique merece la pena leerlo en inglés).
P.D: Las cursivas son suyas
P.D2: 'sore' significa irritado o en plan borde

capítulo 12
The cab I had was a real old one that smelled like someone'd just tossed his cookies in it. I always get those vomity kind of cabs if I go anyhwere late atnight. What made it worse, it was so quiet and lonesome out, even though it was Saturday night. I didn't see hardly anybody on the street. Now and then you just saw a man and a girl crossing the street, with there arms around each other's waists and all, or a bunch of hoodlumy-looking guys and their dates, all of them laughing like hyenas at something you could bet wasn't funny. New York's terrible when somebody laughs on the street very late at night. You can hear it for miles. It makes you feel so lonesome and depressed. I kept wishing I could go home and shoot the bull for a while with old Phoebe. But finally, after I was riding a while, the cab driver and I sort of struck up a conversation. His name was Horwitz. He was a much better guy than the other driver I'd had. Anyway, I thought he might know about the ducks.
'Hey, Horwitz,' I said. 'You ever pass by the lagoon in Central Park? Down by Central Park South?'
'The what?'
'The lagoon. That little lake, like, there. Where the ducks are. You know.'
'Yeah, what about it?'
'Well, you know the ducks that swim around in it? In the springtime and all? Do you happen to know where they go in the wintertime, by any chance?'
'Where who goes?'
'The ducks. Do you know, by any chance? I mean does somebody come around in a truck or something and take them away, or do they fly away by themselves - go south or something?'
Old Horwitz turned all the way around and looked at me. He was a very impatient guy. He wasn't a bad guy, though.
'How the hell should I know?' he said. 'How the hell should I know a stupid thing like that?'
'Well, don't get sore about it,' I said. he was sore about it or something.
'Who's sore? Nobody's sore.'
I stopped having a conversation with him, if he was going to get so damn touchy about it. But he started up again himself. He turned all the way around again, and said, 'The fish don't go no place. They stay right where they are, the fish. Right in the goddam lake.'
'The fish - that's different. The fish is different. I'm talking about the ducks,' I said.
'What's different about it? Nothin's different about it,' Horwitz said. Everything he said, he sounded sore about something. 'It's tougher for the fish, the winter and all, than it's for the ducks, for Chrissake. Use your head, for Chrissake.'
I didn't say anything for about a minute. Then I said, 'All right. What do they do, the fish and all, when the whole little lake's a solid block of ice, people skating and all?'
Old Horwitz turned around again. 'What the hellaya mean what do they do?' he yelled at me. 'They stay right where they are, for Chrissake.'
'They can't just ignore the ice. They can't just ignore it.'
'Who's ignoring it? Nobody's ignoring it!' Horwitz said. He got so excited and all, I was afraid he was going to drive the cab right into a lamppost or something. 'They live right in the goddam ice. It's their nature, for Chrissake. They get frozen right in one position for the whole winter.'
'Yeah? What do they eat, then? I mean, they're frozen solid they can't swim around looking for food and all.'
'Their bodies, for Chrissake - what'sa matter with ya? Their bodies take in nutrition and all, right through the goddam seaweed and crap that's in the ice. They got their pores open the whole time. That's their nature, for Chrissake. See what I mean?' He turned the hell around again to look at me.
'Oh,' I said. I let it drop. I was afraid he was going to crack the damn taxi up or something. Besides, he was such a touchy guy, it wasn't any pleasure discussing anything with him. 'Would you care to stop off and have a drink with me somewhere?' I said.
He didn't answer me, though. I guess he was still thinking. I asked him again, though. He was a pretty good guy. Quite amusing and all.
'I ain't got no time for no liquor, bud,' he said. 'How the hell old are you, anyways? Why ain'tcha home in bed?'
'I'm not tired.'
When I got out in front of Ernie's and paid the fare, old Horwitz brought up the fish again. He certainly had it on his mind. 'Listen,' he said. 'If you was a fish, Mother Nature'd take care of you, wouldn't she? Right? You don't think them fish just die when it gets to be winter, do ya?'
'No, but -'
'You're goddam right they don't,' Horwitz said, and drove off like a bat out of hell.

La semana que viene, os pongo el trozo que sigue a esto, que es cuando entra en un bar y también tiene gracia. Ahora mismo ya me he cansado de pasar del libro al ordenador, además me tengo que poner a estudiar. Ala, a cascarla.

lunes, enero 17, 2011

AMAZOOOONG

Que pasa si les envias a ver lo que se cuece por el amazonas a Jack Sabback, Joey "Sergent" Pepper, Kenny Anderson, Jake Johnson, Raymond Molinar, Clint Peterson y que ya que estamos le digas a Josh Stewart que saque algunos recuerdos animados?
Basicamente algo interesante, un poco humedo pero con mucho estilo y alguna que otra picadura de mosquito.

The Amazon: Documentary Series Trailer from Skateboarder Magazine on Vimeo.



The Amazon: Episode 1 "Belem" from Skateboarder Magazine on Vimeo.

domingo, enero 16, 2011

UN LIBRO

En el jabatblog siempre hemos sido admiradores del grandioso Salvador Dalí, y como buen amigo suyo, hoy le dedicamos un espacio a su compañero (y supuestamente algo más que compañero): Federico García Lorca. Uno de esos hombres que se admira no solo por su talento y su obra, sino por lo que podría haber hecho, si no le hubieran asesinado los fascistas en 1936.


Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo.

Medio pan y un libro.

Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.